lunes, 4 de junio de 2007

Una de videojuegos...

Nunca escribo sobre videojuegos. La verdad es que no suelo tener nada que decir al respecto, más allá de mi reconocido vicio con Pro Evolution, fuente de piques inagotables, sobre todo con el Jona y con mi hermano.
Pero hace poco me llegó un paquetito de Sega al curro (uno de esos paquetes que llegan cada mil años y que me alegran el día). Contenía una promo de un juego para PSP del que no había oído hablar, Crush. El planteamiento es original: un chaval que sufre insomnio y desequilibrios mentales varios tiene que enfrentarse a los demonios de su subconsciente. Y para ello, se mete en una especie de máquina del sueño en la que debe ir resolviendo puzzles, a cada cual más complejo. La gracia del juego es que puedes cambiar de dos a tres dimensiones desde las distintas perspectivas, con lo que todo el escenario se transforma totalmente con sólo apretar un botón. Una frikada super adictiva con la que me estalla el cerebro… Está bien que hagan juegos diferentes.

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