jueves, 26 de abril de 2007

Estados Unidos, qué gran país

El presidente de Estados Unidos se ha marcado unos bailes durante su visita a Senegal que bien merecen un vistazo rápido vía Youtube. La excusa de la visita era la lucha contra la malaria, pero de eso, tristemente, se va a hablar mucho menos que de los frenéticos pasos de Mr. Danger. Con todo, yo me sigo quedando con el brutal “pajaritos” del malogrado Yeltsin, que aunque era un borracho y un pésimo gobernante que llevó al país a la ruina para enriquecer a cuatro oligarcas, tenía bastante más gracia.

Mientras Bush Jr. demuestra al mundo sus dotes para el ritmo y la percusión, en su país andan escandalizados por el estreno de un documental, sutilmente titulado Zoo, que narra la vida de un hombre de Seattle que practicaba bestialismo, esto es, que mantenía sexo con caballos. El asunto recuerda al amor de Troy McClure de Los Simpsons por los delfines, pero la realidad siempre supera a la ficción, y este buen hombre, que se reunía en una granja con otros piezas de su calaña, acabó muriendo por un desgarro de colon. Siempre sospechas que hay gente así de rara por el mundo, e incluso que puede que te cruces con ellos cada día en el metro, pero que cojan y hagan una película sobre ello tiene todavía más miga.

En este mismo país, en el que suena un pitido cada vez que dicen “Fuck” por la tele, pero en el que no existe debate sobre el control de armas después de lo ocurrido en Virginia, se está produciendo una agria polémica en el mundo del hip hop. Russell Simmons, una de las figuras más importantes del mundillo y fundador del prestigioso sello Def Jam, ha recomendado a la industria discográfica que censure palabras como nigger, bitch y ho (negro, puta y putita), tan presentes en las letras de los raperos, para evitar la propagación del sexismo y el racismo. Lo lleva crudo. Para acabar con todo ello deberían empezar por cambiar todos y cada uno de los vídeos de rap, en los que todo es oro, cochazos y pivones, y la propia esencia sobre la que parecen girar la gran mayoría de las letras. A mí, que nunca fui un gran aficionado esta música (salvo contadas excepciones que me apasionan) me da la sensación de que todo este teatrillo perjudica a los que de verdad se toman en serio el rap como un buen vehículo para transmitir inquietudes. No comprendo cómo gente que ha venido de la pobreza puede hacer una ostentación del dinero tan vergonzante. Y aún comprendo menos que cuatro niñatos pijines de nuestro país traten de imitar esa actitud de malotes en sus textos. No sé si lo que me da es asco o risa, porque no deja de ser bastante ridículo.

A propósito de rap, dejo en el "Sonando" de hoy un vídeo de un poeta neoyorquino cuya música es un auténtico pepino: Saul Williams, que la parte pero bien con este List of Demmands.

miércoles, 25 de abril de 2007

Amalgama musical

Buenas a todos. Hacía ya unos días que no actualizaba el blog. Pero no tengo intención de dejarlo, simplemente soy así de caótico. Tan pronto escribo varias entradas en un mismo día como paso una semana sin hacerle caso. Lo cierto es que ando un poco liado intentando estructurarme las ideas para el libro, que son tropecientas páginas y hay que ir dándose un poco de caña, que luego me pilla el torete.

Santi me ha hablado hoy de una interesante propuesta de los siempre inquietos Standstill, uno de mis grupos de cabecera (su vídeo de 1, 2, 3… Sol está en la Playlist). En la sección Remix de su página web dan opción a los fans, o a quien quiera dejarse caer por allí, de remezclar una de las canciones del espectacular Vivalaguerra. Te pones en contacto con ellos, te mandan las pistas, y tú haces con ellas lo que te venga en gana, con la única condición de mandárselo luego para que lo cuelguen. Santi, que apenas tiene marrones entre manos con la organización de Miradores y otras historias artísticas, va y se embarca en la ardua tarea. El resultado promete.

Cambiando radicalmente de tercio, estilo y sonido, los amiguetes Ganyahmun han colgado en su myspace algunas de las canciones que conforman su segundo trabajo, Coral templado, publicado por Dro. Hace tiempo que superaron cualquier tipo de etiqueta, y se manejan espectacularmente bien en registros tan dispares como el reggae, el funk, el jazz o el soul. Unos auténticos fieras, virtuosos instrumentistas y canalizadores de cálidas sensaciones. La pregunta es ¿por qué todavía no han triunfado como merecen?

Por último, ya que mi horario de curro me impide ir a casi todos lo conciertos que me gustaría, dejo una recomendación para dentro de unos días, a ver si alguno vais y me lo contáis. Se trata del bolo de los suecos Logh, que presentan en España (y de nuevo en la Moby Dick) su último trabajo, North. Vienen del sello Bad Taste (aunque tienen bastante poco que ver con las bandas punteras del sello como Hard Ons, Danko Jones o Chixdiggit), y practican un rock calmado, profundo, intimista y único. Metidos en el saco del slowcore, al igual que otras grandes bandas difícilmente clasificables (como Karate, Codeine o Pedro the Lion), lo cierto es que tienen una gran personalidad y un disco, The Raging Sun, que me apasiona. Hace unos años les hice una entrevista que podéis leer aquí. Un concierto muy recomendable, y seguramente no muy caro. Os dejo mi tema preferido de ellos, el genial The contractor and the assassin, en el "Sonando..." de hoy. Que os guste.

jueves, 19 de abril de 2007

Maritime

No recordaba por qué tenía yo en mi disco duro este We, the vehicles. No sabía cómo había llegado hasta allí. Probablemente me lo bajé como muchos nos bajamos música a veces, de manera compulsiva. Hace unos días, lo arrastré hasta el mp3 para darle unas escuchas... y desde entonces no he parado. Desde un principio la voz me sonó extremadamente familiar. Y esa manera de componer y estructurar las canciones tan... perfecta. Luego caí y comprendí.

Maritime es un proyecto puesto en marcha por miembros de dos bandas emblemáticas de la escena indie americana, etiquetados hasta la saciedad como dos de los máximos exponenetes del mal llamado emo, The Promise Ring y Dismemberment Plan. El primero de estos dos grupos fue muy importante para mí durante muchos años. Me enganché a ellos con Nothing feels good (Jade Tree, 1997), uno de mis discos de cabecera, cuyas canciones hacen que el corazón me dé un vuelco. Tras él vino el más asequible y pop (aunque tambén sobresaliente) Very emergency (Jade Tree, 1999) y el álbum publicado en una multi que dio el portazo final a la carrera del grupo, Wood/Water (Anti, 2002), bastante mal recibido por sus fans (aunque a mí también me encandiló) por su tono, mucho más reposado. La última etapa de la carrera de la banda de Wisconsin (y sobre todo este último disco) estuvo muy marcada por el tumor cerebral de su vocalista, Davey Von Bohlen, finalmente superado.

Tras la disolución, este experto en transmitir emociones (el calvete) parió, junto al batería de The Promise Ring, Dan Didier, y el bajista de Dismemberment Plan, Eric Axelson, este proyecto. We, the vehicles, su segundo álbum tras Glass Floor, que aún no lo he escuchado, es un disco de indie rock sincero, directo y preciosista, que se acerca a Death Cab for Cutie pero también a los más guitarreros Promise Ring, o incluso a Nada Surf. De los que entran a la primera escucha pero no cansan. De los que despiertan nostalgia pero también ganas de vivir. Una auténtica joya.


P.D. Ya que no he encontrado más que vídeos en directo de Maritime, os dejo el de un temazo de The Promise Rong, "Why did ever we meet?", de Nothing Feels good. Que recuerdos...

miércoles, 18 de abril de 2007

Las mentes pensantes de Tele Espe

Hay veces que me tengo que quitar el sombrero ante la ocurrencia de algunos blogueros. Resulta que Telemadrid, esa cadena tan plural, saca una campaña de publicidad en la que reafirman precisamente eso, que son plurales, abiertos, y demás, con un eslogan a priori apropiado, "Telemadrid: Espejo de lo que somos".


Pues bien, llega alguna mente lúcida y se fija en el eslogan, le mete un espacio y ¡¡tachán!! premio: "TELEMADRID. ESPE JODE LO QUE SOMOS". Casi da pie a pensar que la frase inicial se hizo a mala leche, porque no puede dar más en el clavo con lo que está sucediendo en la cadena. Pero no, no está hecha aposta. Las mentes pensantes de Tele Espe son así de lumbreras.

Armas made in Spain

En las próximas semanas se aprobará en el congreso de los diputados la nueva Ley de comercio de armas, que busca controlar en mayor medida la venta de material de defensa a países donde se violan sistemáticamente los derechos humanos. A pesar de que supone un avance, Amnistía Internacional, Greenpeace e Intermon Oxfam denuncian en un informe que la ley puede “convertirse en un colador”, en el caso de que no se enmiende antes de ser aprobada.


Sólo en 2005, el estado Español facturó 419,5 millones de euros gracias a la venta de armas, la mayor cifra en los últimos ocho años. En nuestro país existen 180 empresas dedicadas a la industria de armamento, que venden sus armas a países como China, Colombia, Marruecos o Israel. Lugares que no se caracterizan precisamente por respetar escrupulosamente los derechos humanos.

Ante estas cosas, uno se pregunta qué es lo que puede hacer, cómo puede aportar su pequeño grano de arena para intentar frenar esta locura de la que participamos como país. Hace un par de años, miles de firmas remitidas al entonces ministro de Defensa, José Bono, pidieron que se elaborase un Ley sobre el comercio de armas. Hoy ya está aquí, pero sigue mereciendo la pena gastar un minutillo en echar otra firma para pedir que esta ley no se convierta en algo inútil.

martes, 17 de abril de 2007

Instantáneas de Pulitzer



Esta imagen del fotógrafo Oded Bality, tomada en una colonia judía durante la evacuación del asentamiento israelí de Amona, ha sido la ganadora de la última edición del Premio Pulitzer, los galardones más importantes del periodismo, dotados con 10.000 euros del ala.

La foto es brutal. Resulta impensable que esa mujer aguante por sí sola la carga policial de decenas de maderos. Y sin embargo, eso es lo que parece ilustrar la imagen.

Siempre me han llamado mucho la atención estas fotografías, momentos impactantes captados por algún objetivo intrépido, y la historia que tienen detrás.



Pero si hay una de ellas que estremece es la del sudanés Kevin Carter, cronista gráfico de la Sudáfrica del apatheid y ganador del premio en 1994, al que esta desgarradora escena de una niña moribunda a punto de ser devorada por un buitre persiguió hasta la muerte. Desde luego, la pregunta que surge al verla es obvia: ¿Qué hizo Carter para salvarla? Nada. No hizo nada. Y eso es lo que le acabó matando.
La popular imagen de Carter da lugar a un interesante debate sobre el morbo en el fotoperiodismo y la necesidad o no de publicar imágenes tan duras. Parece inhumano, casi obsceno, que Kevin permaneciera impertérrito durante largos minutos, esperando a que el buitre se colocara en la posición perfecta para sacar la mejor foto. Pero es que el tipo era un pieza de cuidado. Os invito a leer un gran reportaje sobre su truculenta vida, publicado hace un par de domingos en El País Semanal, y que me impactó bastante.

Planos

Echando las cuentas que me permite un cerebro cien cien de letras, paso unos 13 días al año metido en el metro. Unas 300 horas de mi vida anual cruzándome con extraños de toda condición. Estudiantes, currantes, ancianos y borrachos desfilan cada día ante mí por pasillos y vagones, haciendo el papel de figurantes de videoclip mientras la música suena en mis orejas. Un escenario de días tristes, otros alegres y la mayoría rutinarios, al que al final acabas cogiendo una curiosa mezcla de tirria y cariño, como a la propia ciudad en la que vives.

Todo esto viene a cuento del nuevo mapa del Metro de Madrid, que en pocas semanas sustituirá al antiguo. Resulta que, como nuestra querida Espe es tan buena tan buena que no para de hacer estaciones (sin perder ocasión para hacerse vergonzantes fotitos con casco, como una currela más, oyes), éstas ya no caben en el clásico mapa de toda la vida. Así que una serie de señores con corbata se sientan alrededor de una mesa y se empiezan a rascar la cabeza. "¿Qué hacemos? Pues copiar un poco el de Londres, que es muy cuco, aunque perdamos completamente la proporcionalidad entre estaciones". Y así ha quedado la cosa.

Cuando mi amigo Ameet, de Nueva York, vino a vivir a Madrid durante 6 meses, se pasaba el día alabando las virtudes del plano de metro. Que si es muy intuitivo, que si se entiende "debuti" (siempre fue gracioso oírle hablar con acento guiri y expresiones madrileñas)... Le gustaba tanto, que antes de que se volviera a la Gran Manzana le regalamos una camiseta con el susodicho planito, aunque en lugar de estaciones pusimos los nombres de los colegas... No sé si este nuevo le gustará igual.


P. D. Si alguno de vosotros es tan friki como yo y también le gusta el mundillo planil, os dejo una galería para echar un ojo a los de Berlín, Tokio, Moscú, México, Londres, París...

Además, en la sección "Sonando en mi cabeza" dejo hoy un vídeo de los brutales The Bronx. 100% tralla.

miércoles, 11 de abril de 2007

Afortunados melómanos


"Energía. Necesito energía".

Es el pensamiento que acude a mi mente cuando, cada día, a eso de las cuatro y media de la tarde, me sacudo de encima la pereza para ir a currar. Son horas intempestivas. A veces repaso la colección de discos tratando de encontrar algo que se ajuste a lo que me pide el cuerpo, lo que provoca que pierda el tiempo suficiente como para llegar tarde al trabajo... Y otras veces voy directo a por una canción que vengo tarareando desde la ducha. Un riff demoledor, un estribillo intenso. Algo.



Ayer fue uno de esos días en los que me ocurrió lo segundo. El surf infeccioso de Man or Astro-Man? sirve para despertar a un muerto. Experiment Zero es un disco íntegramente instrumental, en el que los temas se suceden uno tras otro sin dar apenas respiro, y que siempre es mucho más disfrutable cuando suena a buen volumen. Si yo no me puedo echar la siesta, tampoco los vecinos.




Hoy me ha pasado algo parecido. Por alguna razón me acordé de una banda cuyo disco llegó a mis manos hace cosa de un año. Se llaman Tapes n' Tapes, son de la ciudad estadounidense de Minneapolis (por dónde caerá eso…), y hacen una mezcolanza de estilos muy recomendable, plasmada en un disco notable llamado The Loon. Por momentos recuerdan a los Pixies o a Violent Femmes, pero al siguiente instante te descolocan y se van por cualquier derrotero que les venga en gana. El vídeo que he dejado hoy en la sección "Sonando en mi cabeza", Insistor, es un buen ejemplo de la influencia de Frank Black y los suyos.



Ya de camino al metro, los primeros acordes de Black Mirror, suenan en mis auriculares. El primer tema del nuevo trabajo de Arcade Fire ahonda en lo expuesto en el colosal Funeral, uno de los discos más impactantes de los últimos años. Desentrañar el complejo universo de los canadienses lleva su tiempo, y nada como la poderosa sensación de aislamiento que produce el metro de Madrid para ir poco a poco desgranando las sorpresas que depara este nuevo álbum. Emotivos, apabullantes, épicos, oscuros... Los adjetivos aplicables a su música son más apropiados para definirles que cualquier etiqueta. Porque Arcade Fire suenan sólo a Arcade Fire.




Por la noche, antes de dormir, el cuerpo me pide caer inconsciente escuchando uno de los temas más dolientes y sentidos que conozco, One bedroom apartment, del disco Black coats and bandages de los australianos Clann Zu. Su vocalista, Declan DeBarra (que pasó hace poco en solitario por nuestro país), es un especialista en transmitir las emociones más duras a través de una voz grave, rasgada y profunda. El tema va in crescendo para llegar a un final apoteósico. Acompañado de un piano y una base sincopada de bajo y batería, clama a los cuatro vientos “I will never love again”, con la tristeza que sólo alguien que ha sufrido los desengaños del amor conoce bien...




Un día, hace unos cuantos años, una amiga me pidió que le grabara música. “¿Qué te apetece que te grabe?” –le pregunté- “No sé, cualquier cosa” –respondió encogiéndose de hombros. -"Pero, ¿qué estás escuchando últimamente?"- insistí. -"nada, no estoy escuchando nada. La verdad es que nunca escucho música" -sentenció.

Aquello me hizo pensar. ¿Cómo se puede vivir sin música? ¿Qué haría yo sin ella? ¿Cómo podría vivir sin ese poder capaz de hacer oscilar mi ánimo del cielo a los infiernos (y viceversa) en cuestión de minutos?

Afortunados nosotros, los melómanos...

lunes, 9 de abril de 2007

Diserciones posvacacionales

Se acabó lo que se daba. Tras cuatro días dedicados en cuerpo y alma a no hacer absolutamente nada, toca volver al tajo. Las caras de la gente hablan por sí solas. Sienta mal volver a la rutina laboral, a los cafés de máquina, al sonido de los teclados de la oficina... Y sin embargo, creo que todos necesitamos una dosis razonable de rutina para que nuestras vidas parezcan tener algún sentido.

Aunque ya le había echado un vistazo el pasado miércoles, hoy se ha publicado un interesante artículo de mi buen amigo Isra. Habla de un problema que pienso que muchos no conocen (yo al menos ni había oído hablar de él): la crisis del coltán, un mineral muy valioso que se emplea para fabricar buena parte de los artilugios tecnológicos tan presentes en nuestra sociedad de consumo, como los teléfonos móviles o las consolas, y que se extrae, entre otras zonas, de algunos de los países más pobres de África, como El Congo o Ruanda. El control de los yacimientos ha originado no pocos conflictos en los que, como siempre, la parte más perjudicada ha sido la sociedad civil, ya de por sí aquejada de una situación de miseria acuciante. Sobrecoge darse cuenta, una vez más, de la poca atención mediática que temas tan graves como éste tienen en la sociedad occidental, que sigue mirando para otro lado mientras este continente tan cercano agoniza.

Cambiando de tercio, pero sin abandonar estos temas que despiertan mala leche, hoy he leído una curiosa noticia en la web de la Cadena Ser: resulta que los billetes de 500 euros suponen el 65 % del dinero en circulación en España. La perplejidad, sólo comparable al día en que me enteré de que el salario medio en Madrid es de 1.908 euros, me dura solamente el tiempo que tardo en darme cuenta de que aquí hay unos pocos señores que suben la media de manera espectacular, y que deben ir por la calle con un fajo de billetes de esos moraditos tan grandes en el bolsillo. En mi círculo, no conozco a nadie que gane una cantidad ni siquiera cercana a esa, que se supone que es "la media". Qué gran país.

Para terminar este post de hoy, tan desordenado como está mi cerebro un lunes posvacacional, en el link "sonando hoy en mi cabeza" os dejo el vídeo del primer single del último trabajo de Sonic Youth. La verdad es que nunca fui un fan de la banda neoyorquina, pero hay que decir que este Rather be ripped está plagado de singles de indie-rock concisos, directos y 100% disfrutables. Prueba de ello es este redondo Incinerate.

miércoles, 4 de abril de 2007

Abolir la Semana Santa

El santísimo Cristo de la Clemencia, Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, la hermandad de la Buena Muerte, el Cristo de las Angustias, las nazarenas del Calvario...

Ayer, a la una de la madrugada, terminé de leer, corregir y cerrar más de una docena de páginas del periódico sobre la Semana Santa andaluza. El sentimiento de hartazgo, mezclado con una buena dosis de vergüenza ajena, hizo que un pensamiento se apoderara de mí: hay que abolir esta tradición rancia, paleta y carente de todo sentido que abarrota las calles españolas en estas fechas, tomadas por hordas de fervientes católicos ataviados con ridículas capuchas. Aunque la verdad, en otro países están todavía peor...

"Más ir a misa y menos jugar con la PlayStation", vociferaba bajo palio el arzobispo de Valladolid, ante una masa de niños peripuestos con sus mejores ropas y con la raya del pelo bien recta a golpe de peine materno. El mero hecho de mentar la consola de marras provocó, en ese mismo instante, que decenas de infantes se imaginaran comodamente en sus casas, sin soportar la lluvia (bendita lluvia, que ha aguado los pasos de los penitentes haciendo brotar las lágrimas), y se preguntaran qué demonios estaban haciendo ellos allí. Sin duda, no hay cosa más importante para la educación de un niño, nada más indicado ni formativo, que asistir a misa cuanto más, mejor. Seguro que el señor arzobispo no encontró nada más apropiado que transmitirles. La esperanza reside en que, algún día, se den cuenta de lo absurdo de este teatrillo medieval al que les han obligado a asistir. Aunque quizá por ese entonces el cerebro esté ya lavado y bien lavado...

¿Qué justifica todo este desfile de cerriles creyentes? ¿El turismo? ¿Que vaya a andar por allí Antonio Banderas? Porque la fe, en caso de tenerla, no se demuestra paseando por la ciudad un monigote de tropecientos kilos (con la necesaria visita posterior al fisioterapeuta), ni llegando antes que nadie al lugar para, rosario en mano, rezar al santo de turno... Creo que si Cristo se pasara por allí les gritaría "¡Pero qué hacéis, huevones! ¡Esto no es lo que yo os dije!"

En caso de vivir en una de estas devotas ciudades, sólo queda una salida para intentar no acabar soñando con encapuchados. Huir. O quedarse en casa con las ventanas bien cerradas. Aunque poner la tele no será una buena solución... Mejor una buena PlayStation, ¿verdad, señor obispo?

martes, 3 de abril de 2007

Bienvenido...

Hola a todos/as.
Os doy la bienvenida a esta segunda incursión bloguera. Como algunos sabéis, el primer blog de Prozac Sonoro (prozacsonoro.bitacoras.com) murió hace unos meses, víctima de la escasa actualización y de mi dejadez extrema. En ocasiones, trabajar durante ocho horas seguidas delante de un ordenador hace que llegues a casa con pocas ganas de seguir dándole a la tecla. Sin embargo, al tiempo me he dado cuenta de que sigo teniendo inquietud por compartir ideas con todo aquel que quiera leerlas. Además, el hecho de que el buen amigo Santi haya estrenado el suyo ha hecho que la envidia insana me corroa por las venas.
La vinculación de la anterior bitácora al extinto programa de radio (2003-2006) ha hecho que me plantee volver a retomar este nombre para el nuevo blog. Pero al pensarlo durante unos pocos minutos, he decidido mantenerlo. Me gusta el nombre, me gusta cómo suena y me gusta su connotación. Pero en esta nueva aventurilla virtual la dimensión del Prozac deja de ser exclusivamente musical, para pasar a englobar todo lo que en un momento dado me pueda venir en gana. Desde crítica musical a politiqueo incorrecto. Desde mis cabreos y frustraciones personales hasta enlaces curiosos. Todo cabe en esta segunda parte del Prozac, que procuraré actualizar con una periodicidad aceptable.
Desde ya, bienvenidos a Prozac Sonoro, y gracias a todos aquellos que os dejéis caer por aquí.